Si en otras entradas hablábamos de la carne de rana como fuente de salud y alternativa a otras recetas dietéticas ricas en proteína como el pollo o la ternera, en esta ocasión explicamos en qué detalles debemos fijarnos para saber si esta es o no de calidad. ¡Toma nota!

Carne: siempre brillante

Para saber si las piezas de rana que vamos a comprar son de calidad premium, el primer indicativo es el brillo. Por ejemplo, la carne de rana europea, si es fresca, presenta un agradable tono rosado brillante.  

Color y olor: indicativos de calidad

Unas buenas ancas de rana tienen un color a medio camino entre rosado y blanco perla. Y si bien es cierto que el registro sanitario incluye este alimento dentro de los grupos de pescado, no lo es (es un anfibio). Por tanto, debe carecer de aroma. No olvidemos que una de las cualidades que más destacan de la  carne de rana es su sabor neutral. 

Textura firme 

No confundamos firmeza con agarrotamiento. Y es que este alimento, para considerarse de calidad, debe presentar una textura firme. 

Tamaño: cuando menos es más

Como sucede con otras especies, las variedades más pequeñas de rana suelen ser mucho más sabrosas que las grandes. 

Otros factores que influyen en la calidad de la carne de rana

Para mantener intactas las propiedades de la pieza de carne, una cuestión fundamental es cómo ha sido sacrificada. En este sentido, hacerlo en instalaciones adecuadas a nivel sanitario y técnico, así como las condiciones de refrigeración posterior, afectan enormemente en la calidad del alimento. 

En definitiva, la carne de rana, una especialidad que se ha ido extendiendo a nivel internacional por su textura firme y sabor neutro, razón de más para saber comprobar que el alimento que adquirimos va a cumplir nuestras expectativas. Por suerte, en Latitudes ponemos a disposición de todos nuestros clientes las mejores piezas de carne exótica.